Bottle Rocket | Estados Unidos, 1996
Dirigida por Wes Anderson
Libreto cinematográfico por Owen Wilson y Wes Anderson
Reparto: Luke Wilson, Owen Wilson, James Caan, Robert Musgrave y Lumi Cavazos
Cinematografía por Robert Yeoman
Musicalización por Mark Mothersbaugh
Edición por David Moritz
Producida por Gracie Films
Distribuida por Columbia Pictures
La carrera del realizador norteamericano Wes Anderson es sin duda un tema que llama la atención: su gran cuidado en el aspecto técnico/fílmico y poca sutileza para esconder sus influencias lo han llevado a emular (conscientemente) el estilo “in your face” que caracterizó a la ‘Nueva Ola’ Francesa de los 60s.
Este revisionismo deliberado tuvo su recompensa tras sus primeras 3 cintas (Bottle Rocket, Rushmore y The Royal Tenenbaums), siendo recipiente de una creciente apreciación de la crítica y un segmento de público suscrito al cine de autor.
Esta prominencia lo ha puesto en el ojo del huracán. Sus siguientes 3 entregas (The Life Aquatic with Steve Zissou, The Darjeeling Limited y Fantastic Mr. Fox) no fueron tan bien recibidas, además de ser etiquetado peyorativamente como un estandarte/ícono de la subcultura hipster, dado el alto contenido estilístico y de supuestas pretensiones avant garde en sus cintas.
Analizar el trabajo de Anderson objetivamente es interesante, cuyo trabajo más reciente se le acusa de una pérdida de visión y eficacia como director, además de que su presencia levanta tanto admiración como repudio. Debo suponer que esto se debe primordialmente a su polémico approach de abrazar fervientemente los estilos clásicos del cine mundial con rimbombantes libretos de características autoconscientes, donde sus personajes son sumamente sagaces, moviéndose con soltura y confianza sobre la palestra en mundos estilizados, artificiales.
En el caso de su ópera prima, Bottle Rocket, se ven esbozos de este controversial estilo. Surgida inicialmente como un cortometraje en 1993-94 y co-escrita entre Anderson y el entonces debutante Owen Wilson (quienes se conocieron en época estudiantil), se presenta un film bastante curioso.
Bottle Rocket es, ante todo, una comedia de enredos cuyos elementos humorísticos se basan en el manejo del absurdo. Esta cinta nos demuestra a un Anderson con un lenguaje cinematográfico ya definido (los movimientos de cámara y el manejo de diversos planos es una constante), mientras que Wilson establece una voz autoral firme, encontrando una zona de confort la cual lo acompaña en sus siguientes papeles en el cine comercial.
Por un lado, vemos que Anderson emplea dos influencias muy claras en dos instantes de la cinta: por un lado se establece un espíritu libre y de improvisación salido de la Nouvelle Vague, con el uso de jump cuts y evidente improvisación. En este sentido, Bottle Rocket emula al film de A Bout de Souffle (Jean-Luc Godard, 1960).
De igual forma, Anderson transforma a su película en una versión cómica de Goodfellas (Martin Scorsese, 1990) en la última media hora del film. Esta influencia es clara en los momentos de camaradería entre Dignan (Wilson), Anthony (Luke Wilson) y Bob (Robert Musgrave) con el criminal Mr. Henry (James Caan) y sus secuaces.
Desde el punto de vista actoral, Owen Wilson establece a Bottle Rocket como un heist film visto por los ojos de un esquizofrénico. La actitud disparatada de Dignan evoca el rol del propio Jean Paul Belmondo en A Bout de Souffle. Sus tantrums a lo largo de la cinta desafían la suspensión de la incredulidad de la audiencia, tornando a la cinta un poco lenta en su primera mitad, ya que se toma su tiempo en analizar al personaje y su torcido “plan de vida y carrera”, siendo hasta el último acto cuando el ritmo empieza a acelerarse, dando una resolución relativamente satisfactoria al relato.
Los autores emplean una temática básica, la cual permea en todo momento, como es el exponer a la falta de una buena comunicación como detonante de los predicamentos de Dignan, Anthony y Bob. En términos generales, la cinta explora esta disonancia que deteriora la amistad de este trío, teniendo como excusa un plot neo-noir para analizarlo (siendo sumamente inverosímil el heist para ser tomado en serio), ofreciendo al final una moraleja que hace evolucionar a cada personaje para que salgan de sus yerros constantes e inmadurez.
Bottle Rocket es un experimento de opiniones encontradas, donde el tándem Wilson-Anderson navega vacilante sobre una narrativa que raya en lo surreal, donde el péndulo moral se desmenuza a través de artificios estilísticos y pastiche, teniendo a su favor una cuidadosa puesta en escena y una colorida cinematografía. Personalmente quedé bastante impresionado con ella, donde el trabajo de Robert Yeoman plasma sobre la cinta un fascinante velo en color rosa, amarillo y verde, que le dan una consistencia visual muy interesante.
El film muestra una promesa en el talento colectivo de Anderson y Wilson, el cual rendiría sin lugar a dudas mejores dividendos en su segunda colaboración, que para muchos es su mejor logro: la autoconsciente disertación caricaturesca del ansia y rebeldía juvenil de Rushmore (1998).