Hard Target | Estados Unidos, 1993
Dirigida por John Woo
Libreto cinematográfico por Chuck Pfarrer
Reparto: Jean-Claude Van Damme, Lance Henriksen, Yancy Butler, Arnold Vosloo y Wilford Brimley
Cinematografía por Russell Carpenter
Musicalización por Graeme Revell
Edición por Bob Murawski
Producida por Universal Pictures, Alphaville Films y Renaissance Pictures
Distribuida por Universal Pictures
Hard Target es una película de grandes méritos estilísticos, la cual no se juzga de ninguna manera por atributos histriónicos (si es que en realidad los contiene), sino como un atractivo workshop donde se nos instruye sobre el arte de la violencia cinematográfica, por cortesía de uno de los maestros definitivos en la materia.
A nivel actoral, la cinta es un pequeño desastre en potencia, el cual afortunadamente se ve minimizado por el extraordinario volumen de secuencias de acción, donde una narrativa simple sirve de excusa para todo su despliegue pirotécnico. En retrospectiva, la cinta podría catalogarse incluso como una comedia negra dados sus diálogos planos y vacíos punchlines.
Hard Target se sirve de arquetipos básicos (el vengador urbano, la damisela en desgracia, el sabio mentor y hombres viciosos de gran codicia) los cuales son empleados con gran sapiencia por su director, John Woo, para brindarnos una iteración más del eterno conflicto entre el bien y el mal, y que sin duda se consolida como la temática clave en toda su filmografía.
Woo (en su debut en el mercado fílmico norteamericano) le ofrece a la audiencia occidental su inusual noción de la violencia con tintes poéticos, ofreciendo un magnífico recital que sin duda es todo un hito que trasciende y se vuelve referente inmediato dentro de este género.
El montaje se preocupa poco por darle fluidez a la narrativa, concentrándose principalmente en mostrar amplio detalle de las novedosas y atrevidas coreografías que inundan a la pantalla.
La intrincada configuración de los stunts presentados en este film sólo pueden compararse con una Máquina de Rube Goldberg, donde sutiles movimientos detonan una carambola repleta de emoción y acrobacia, en una puesta en escena cargada de niveles altísimos de testosterona, develando un duelo de voluntades entre Jean-Claude Van Damme y Lance Henriksen, quienes son conscientes de su lugar en el film y del propósito principal de su realizador.
Bajo los designios de Woo, los desplantes de los protagonistas son presentados con gracia, bajo tomas en múltiples ángulos, slow motion y acompañados de sus tradicionales leitmotifs. El realizador hace que cada bala, cada explosión y cada salto mortal tengan una presencia importante.
El cine de acción de Hollywood se ve enriquecido con la aportación que Hard Target ofrece, y que junto a proyectos surgidos entre el ’93 y ’94 como True Romance de Tony Scott, Speed de Jan de Bont, Léon de Luc Besson, El Mariachi de Robert Rodríguez y Pulp Fiction de Quentin Tarantino se establece una fase fílmica sin precedentes que le da importancia a la presentación elegante de larger-than-life characters para fortalecer este tipo de escenarios extremos.