Chronicle | Estados Unidos, 2012
Dirigida por Josh Trank
Libreto cinematográfico por Max Landis; historia por Landis y Trank
Reparto: Dane DeHaan, Michael B. Jordan y Alex Russell
Cinematografía por Matthew Jensen
Edición por Elliot Greenberg
Producida por John Davis y Adam Schroeder
Distribuida por 20th Century Fox
Siempre es bueno descubrir jóvenes talentos dentro del séptimo arte que encuentran la forma de torcer las barreras del cine de género, regalándonos verdaderas sorpresas que apetecen al cinéfilo tanto casual como de hueso colorado.
Lo que logran el tándem de Josh Trank (28 años) y Max Landis (26) en Chronicle es verdaderamente sensacional, donde no solamente evocan atmósferas de teen-horror, ciencia ficción, thriller psicológico, action film y disaster movies, sino que las transforman en sólo un aderezo narrativo que impulsa con gran fuerza al drama interno y a las visicitudes de sus protagonistas. Chronicle triunfa por hacer énfasis en la caracterización, donde su novel pero igual de talentoso reparto sale a flote con estupendas actuaciones que reflejan la vida en la adolescencia, llena de momentos que nos marcan, para bien o para mal, dando como resultado un experiencia completa y satisfactoria como espectadores.
Tras un contacto con una fuerza supernatural de origen desconocido, tres estudiantes (Dane DeHaan, Michael B. Jordan y Alex Russell) se ven convertidos en metahumanos, quienes documentan sus nuevas habilidades y experiencias a través del video. Pero lo que inicialmente es una bendición empieza a convertirse en una pesadilla.
El equipo creativo presenta esta cinta de una forma fresca, utilizando imágenes digitales que emulan al formato de video, el cual en todo momento nos ofrece una perspectiva de tercera persona, un voyeurismo macabro que nos seduce a medida que las ilusiones, decepciones, éxitos y fracasos de éstos jovencitos van moldeando sus conductas, donde la alternativa de un poder absoluto los hace encontrar un punto de no retorno.
Este enfoque de ‘channel zapping cinema’ es plasmado de forma efectiva, y que se combina de forma interesante con efectos digitales muy bien logrados y que aumentan tanto la emoción como la tensión del espectador.
Max Landis, siendo vástago del cineasta de culto John Landis, demuestra un dominio del estilo del cine de horror que hizo de su padre uno de los realizadores más venerados en los 80s.
La dirección de Trank le otorga a la cinta las pausas y transiciones correctas para llegar a un punto de ebullición que no pierde fuerza en sus últimos 20 minutos. En este sentido, Chronicle es tanto sutil como brutal, aprovechando al máximo los instantes que su guión le otorga.
La cinta como un todo demuestra sin lugar a dudas el paso de calidad que otras realizaciones de similar temática y buenos méritos no lograron cristalizar, tal es el caso de Push (Paul McGuigan, 2009), Jumper (Doug Liman, 2008) y Cloverfield (Matt Reeves, 2008), y esto se debe a su gran base dramática.
En ciertos momentos, Chronicle evoca a las cintas de culto Carrie (Brian De Palma, 1976) y Scanners (David Cronenberg, 1981), y se consolida sin temor a equivocarme como una digna sucesora espiritual.
Chronicle es una cinta tanto espectacular y estilísticamente perfecta, donde el sentido de la responsabilidad se ve en conflicto directo con el odio y la retribución, en una versión tanto original como cautivante del eterno tema de nature vs. nurture.