THX 1138 | Estados Unidos, 1971
Dirigida por George Lucas
Libreto cinematográfico por George Lucas y Walter Murch
Reparto: Robert Duvall, Donald Pleasence, Don Pedro Colley y Maggie McOmie
Cinematografía por David Myers
Musicalización por Lalo Schifrin
Edición por George Lucas
Producida por Francis Ford Coppola, Edward Folger y Lawrence Sturhahn
Distribuida por Warner Bros. Pictures
La abstracción y el dominio de ella para plasmar múltiples y vastas ideas sobre la pantalla hacen de THX 1138 todo un éxito para George Lucas, cuyo período creativo de 1970 a 1977 lo consolidaron como uno de los maestros contemporáneos del cine americano.
Y es que THX reduce todo tipo de exposición, valiéndose de performances crudos y efectivos de su reparto para mostrar una visión futurista del mundo, donde la emoción humana se reprime en base a sustancias químicas con el objetivo de mecanizarlo y convertirlo en una pieza dentro de infinitas líneas de producción, dejando al individuo como un número de serie que genera resultados y ganancias.
Cuando el epónimo THX (Rubert Duvall) comienza a sentir, es donde el asombro de la audiencia sobre esta máquina perfecta se torna en atención absoluta en la travesía de su protagonista, cuya crisis es representada a través de detalles abstractos sacados de nuestro propio estilo de vida y concepción del mundo.
A través de una puesta en escena minimalista, se presentan al público momentos donde sentimientos básicos de la humanidad salen a flote, tales como la individualidad, la lógica, la represión y la losa moralista impuesta sobre nuestras consciencias debido a la imposición de reglas estrictas.
Esa búsqueda de la identidad nos lleva a presenciar un despertar de THX al mundo en convivencia con su entorno, donde somos capaces de comprender nuestro rol más primordial como ser reproductivo, así como la búsqueda de lo que nos define, desafiando toda autoridad.
La actuación impredecible, paranoica, intrigante y divertida de Donald Pleasance evoca su actuación en Cul-de-Sac (Roman Polanski, 1966) llenando la pantalla de un character arc donde el caos intenta convivir dentro del orden impuesto en este mundo.
El mundo construido por Lucas se apoya de un score musical interesante y básico de Lalo Schifrin. Sin embargo, la edición de sonido de Walter Murch es la que se roba los reflectores, donde continuamente se nos refuerza la idea de la erradicación del ser humano para transformarlo en una serie de instrucciones y estadísticas. Lucas establece el momento exacto para que Schifrin cierre su cinta con una contundente pieza musical que deshace de tajo este conjunto de engranes opresivos, aderezada además con una soberbia persecución a toda velocidad entregada con gran frenesí y que se consolida como una de las mejores car chases en la historia del cine.
THX 1138 es un film de ciencia ficción entregado con gran estilo, y cuyo mayor logro es mostrarnos una faceta del ser humano en formas sutiles bajo un escenario claustrofóbico y en conflicto directo con las emociones.
George Lucas was never this good.