S.H.I.E.L.D. #2
“Chapter Two: Newton’s Theory of Eternal Life”
Escrito por Jonathan Hickman
Arte por Dustin Weaver
Color por Christina Strain
Letra por Todd Klein
Portada por Gerald Parel
Producción por Irene Lee
Edición por Daniel Ketchum & Nick Lowe
Publicada por Marvel Comics, la serie de S.H.I.E.L.D. reinterpreta a los exponentes artísticos, científicos y figuras más destacadas a lo largo y ancho de la historia antigua y contemporánea de la humanidad, y los integra en historias del corte clásico de superhéroes. Este excelente comic es todo un tour de force, lleno de giros característicos de la ciencia ficción, con un alto índice de acción épica y consecuencias de gran dramatismo.
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SINOPSIS
Año de 1956: Leonid recibe enigmáticas revelaciones por parte de Leonardo da Vinci, quien ha viajado en el tiempo para aplicar un correctivo severo y contundente a la organización conocida como la Hermandad de Shield, quienes han caído en el conformismo, la acumulación de poder y el miedo al futuro, dejando atrás su propósito original que es lograr el avance y protección de la humanidad.
La saga en imágenes: 114 d.C.
Mientras tanto el padre de Leonid, el enigmático ‘Night Machine’, se enfrenta a los miembros de la hermandad Howard Stark y Nathaniel Richards, con resultados estremecedores.
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REVIEW
“… standing on the shoulders of giants…”, frase acuñada por Bernardo de Chartres, es aplicada en paráfrasis por Jonathan Hickman en este segundo tomo de S.H.I.E.L.D. para trazar una línea que define a dos grupos que serán presentados en aparente pugna.
Y decimos aparentemente dado que este tomo sólo nos muestra esbozos breves de la misión de Leonardo da Vinci. Hickman usa a Leonid como un intérprete entre el lector (lleno de interrogantes al igual que el joven protagonista) y este titán de las artes, quien nos presenta sobre la mesa una serie de subplots que irán desarrollándose a lo largo de la saga.
Y es que este tomo sirve a este propósito de forma efectiva: Leonardo sabe cosas, eventos que tomarán forma y que los lectores deberán tomar nota si deseamos entenderlos, como por ejemplo el origen del propio Leonid y la promesa que se atisba sobre su vasto potencial. En base a texto e imágenes, Hickman arroja diversas pistas, que son abstractas a primera vista y que resaltan sobremanera lo integral que son sus contribuciones en el aspecto artístico, esta vez no a base de infographs, sino incorporando diseño y rotulaciones a un splash page hecho por el ilustrador Dustin Weaver.
Esta técnica narrativa evoca a series del propio Hickman tales como PAX ROMANA y TRANSHUMAN, donde la narración en prosa se combina con ilustraciones y diagramas.
En medio de este interesante setup, Dustin Weaver nos regala secuencias de acción estilizada sumamente emocionantes, donde la pelea entre Night Machine y los agentes Stark y Richards llega a momentos álgidos con un desenlace muy bien logrado, un spread page donde el artista literalmente “comprime” el espacio y el tiempo en forma literal, un cataclismo pirotécnico fuera de serie.
A diferencia del tomo anterior, la historia es en su mayor parte lineal y enfocada a los eventos que suceden en 1956. Aún así, Hickman hace un breve paréntesis para transportarnos a la eventual creación de la organización militar/gubernamental de S.H.I.E.L.D. que conocemos los lectores de comics en la actualidad, y nos regala además una breve pero importante aparición del profeta Michel de Nostradamus, manteniendo la tendencia de ampliar el cast de esta serie con figuras célebres.
S.H.I.E.L.D. #2 se enfoca en avanzar el plot en base a un rompecabezas incompleto, aderezado con momentos de acción de alto octanaje entregados de forma perfecta, siendo esta entrega toda una mezcla compacta y un paquete literario sumamente envolvente.
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LOS OTROS COLABORADORES
Cabe señalar las importantes contribuciones de los demás miembros del equipo creativo para esta serie, las cuales son a la vez invaluables:
Gerald Parel, cuyas portadas pintadas nos remiten a un enigma que se abre ante nuestros ojos, lleno de símbolos épicos y de figuras icónicas que rompen las barreras del tiempo, ofreciendo un legado para futuras generaciones.
Christina Strain es responsable principal de hacer que el arte de Dustin Weaver alcance una increíble dimensión. Su balance perfecto entre sombras teñidas de azul y destellos dorados hacen que cobre vida toda la escenografía que alberga a la Hermandad de Shield. Esta paleta de colores es una plantilla que se aplicará a lo largo de toda la saga, dándole una uniformidad interesante a la historia.
El veterano Todd Klein ofrece rotulaciones grandes y claras, así como un ingenio para componer onomatopeyas atractivas. Klein toma el característico Font usado por Hickman (una mezcla interesante entre Gothic Narrow y Univers) las cuales captan nuestra atención desde la página de créditos, pasando por los asombrosos diagramas compuestos por el autor.
Resalta además la combinación de un tipo de letra en manuscrita, el cual marca ese intercambio entre lo moderno y lo antiguo, conviviendo en el mismo espacio vital. Este tándem de Klein y Hickman ofrece una visión estética sumamente sorprendente.