Entre 2004 y 2013, la editorial Marvel Comics dio un salto de fe y le encomendó al autor independiente Brian Michael Bendis el revitalizar a una franquicia venida a menos. Bajo su pluma, el comic de Avengers cruzó un periplo de gran riesgo y controversia, con historias repletas de momentos tanto memorables, emocionantes e infames, que catapultaron tanto al autor, el propio comic y a la publicadora a un cénit narrativo y de ventas sin precedentes, creando relatos definitivos para toda una generación de lectores. La siguiente es una amplia retrospectiva a uno de mejores comics comerciales dentro del siglo XXI.
Sin temor a equivocarnos, esta magna narrativa alcanzó su mejor momento entre los años 2008 al 2010. Tras el término de la espectacular epopeya que dio forma a Secret Invasion, los misterios de mayor duración en el comic bestseller de New Avengers habían sido esclarecidos, dando lugar a historias más directas pero con un impacto emocional que fue mayúsculo, y repletos de giros en la trama que mantuvieron en vilo a la audiencia.
Personalmente, fueron momentos muy buenos y divertidos para quienes disfrutaron de dichos relatos mes a mes. Era claro que Marvel Comics era el líder absoluto y que la disputa con DC Comics por el primer lugar de ventas era un debate terminado. La competencia, tras el fracaso de múltiples proyectos editoriales que no lograron más que confundir y decepcionar a su público—en mi opinión, solo sagas compactas y novedosas como Sinestro Corps War, Batman R.I.P. y Final Crisis lograron entusiasmarme en aquellos días— dejaban claro que solamente una compañía dentro del comic comercial estaba comprometida a dejar atrás al tradicionalismo para unirse de lleno al entretenimiento alternativo de vanguardia.
La última página de Secret Invasion puso de manifiesto que los días aciagos para los Vengadores (el equipo de superhéroes premier de la Marvel) no terminarían pronto. La consigna era poner a estos personajes entrañables y a su público incondicional en una posición vulnerable, lo que trajo consigo una identificación plena con sus problemas. Acudías cada mes a tu puesto de revistas para verlos pelear, perseverar y, posiblemente, triunfar, aún y cuando el ambiente a su alrededor era completamente hostil y desolador. De esta manera, Bendis era más enfático y enérgico en sus guiones para hacer de esta situación un terreno completamente incierto para su reparto, en donde su reclamo por un atisbo de luz en la oscuridad era emotivo, palpable y justificado.
El camino hacia el final del túnel estaba todavía lejos, y más aún cuando se presenta en el camino de los Vengadores uno de los obstáculos más inesperados dentro de la historia de Marvel Comics. Era el momento de los supervillanos, con el psicótico e impredecible Norman Osborn a la cabeza de un oportunista conglomerado criminal, y cuyas acciones han provocado un cisma institucional en Norteamérica.
Con esto, el autor trae consigo un nuevo futuro para esta compañía: Dark Reign, una historia cuyo alcance cubre a toda su línea editorial, y de la cual se lanza al mercado una nueva serie bajo su pluma, bajo el nombre de “Dark Avengers”, y publicada entre marzo de 2009 a junio de 2010. De nueva cuenta, Bendis garantiza un inevitable curso de colisión.
Bajo un esquema argumental de Acción-Caracterización-Acción, Bendis confeccionó para su reparto escenarios repletos de colorida pirotecnia, intercambios cándidos entre sus protagonistas y desenlaces trepidantes que nos hacían pedir más:
“Pensé en lo interesante que sería hacer esta historia, y siento que la idea que compró mi editor Joe Quesada fue cuando le dije que a partir de ahora el Universo Marvel sabrá cómo se siente ser Peter Parker. Aún y cuando ganes, siempre pierdes. Peter Parker es una persona que en particular sabe sobrellevar esas cosas, ¿pero gente como Luke Cage y Hawkeye? No mucho. Aposté a que su temple como héroes se pondría a prueba. Esto puso a Joe y a los demás muy emocionados, mucho más que con Secret Invasion. No podían esperar más para verlo.”
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UN GOLPE SOBRE LA MESA
La historia la escriben quienes ganan las guerras, y esta vez el golpe de suerte lo tuvo Norman Osborn. Te preguntarás cómo este monstruo se ha hecho cargo de todo, pero si revisamos cuidadosamente a las historias publicadas por Marvel en los últimos años, vemos que Brian Bendis ha aprovechado todo un acervo muy peculiar que posiciona a este personaje en la palestra.
En el año 2004, sendos arcos argumentales y de alto octanaje en series como Marvel Knights Spider-Man #1-12 (escrito por el súper estelar Mark Millar) y en The Pulse #1-4 (por el propio Bendis), dejan al descubierto y en definitiva lo que era un secreto a voces en el universo de ficción de la Marvel: el magnate industrial Norman Osborn y el psicótico Duende Verde son la misma persona. Tras combates espectaculares y ultra violentos contra el Hombre Araña, Osborn es enviado a un asilo psiquiátrico y con su reputación arruinada.
Sin embargo, la saga contada en Civil War: Frontline #1-11 (entre 2006 y 2007) nos deja ver que el destino siempre tiene la última palabra. Norman es extraído de su confinamiento y es colocado como el chivo expiatorio en un complicadísimo plan, fraguado nada menos que por Tony Stark, en ese entonces el ave de las tempestades a decir de los fanboys. Pues bien, el plan de Iron Man es nada menos que provocar un conflicto internacional con el fin de obtener beneficios económicos tras bambalinas y lograr en definitiva la aprobación pública de la polémica Acta de Registro de Superhumanos…
… ¿Pueden creer esto? ¡Yo tampoco! Esta serie de licencias creativas sin lugar a dudas hicieron muy difícil cualquier redención para un personaje como Tony, y si nos vemos estrictos todavía quedan esos sinsabores en mucha gente de que todas estas historias (muy mal escritas) lo dejaron en un punto de no retorno. Si comparamos todo este bagaje con las películas de Marvel, vemos que han sido muy cuidadosos al hacer de Iron Man un personaje controversial pero siempre con el beneficio de la duda. Sin temor a equivocarnos su caída de gracia en el séptimo arte será no solamente suavizada sino mucho mejor lograda.
Pues bien, en términos prácticos estos “lapsus” cometidos por Stark en los comics no salen como él lo esperaba, y no tiene mayor remedio que comprar el silencio de Osborn, haciéndolo director del grupo de respuesta conocido como los Thunderbolts. Es aquí donde este villano toma una gran importancia gracias a los esfuerzos de un Warren Ellis (en Thunderbolts #110-121), y posteriormente por Bendis en Secret Invasion #1-8.
“Hemos visto en tiempos de guerra como cierta gente asciende entre la consciencia popular mientras que otros caen estrepitosamente y son señalados, y todo eso determinará también la forma en que ‘Dark Reign’ se percibe. Lo que la gente dice ahora es “Iron Man mató al Capitán América pero Norman nos salvó.” Y sí, Norman podrá ser un cabrón pero es NUESTRO cabrón. En la vida real esto ha pasado con figuras tales como Joe McCarthy o incluso Dick Cheney. Ahora la gente lo repudia pero durante 2001 y el 9/11 todo era “¡Yeah! ¡A por ellos, cabrón!”
— Bendis.
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EL CABILDO
De la misma manera que en ediciones especiales y de gran importancia narrativa para Marvel tales como “New Avengers: Illuminati” y “Civil War: The Confession”, Bendis inaugura este mandato de Norman Osborn con otro comic súper estelar: Secret Invasion: Dark Reign, ilustrado por su frecuente colaborador Alex Maleev.
Inicialmente, la idea en palabras del autor era tener a Osborn al frente de un conjunto de maleantes similar al tradicional conglomerado criminal de los “Amos del Mal” (Masters of Evil), quienes han sido antagonistas de los Vengadores durante décadas, aunque al final esto fue descartado al poco tiempo. Posteriormente surge una alternativa mucho mejor, presentando en su lugar a una versión completamente inversa al grupo clandestino de los “Illuminati”, creado por Bendis en el año 2006.
“Then we’ll have a battle on our hands the likes of which this dimension has never seen.” — Dr. Doom.
Así, tenemos esta vez a un grupo selecto de villanos y antihéroes de gran personalidad y conocidos por el público, quienes representaron a facsímiles de aquellos héroes. Reunidos en el cuartel general de Osborn, todos son puestos al corriente de lo que ha pasado y de las nuevas reglas a seguir de ahora en adelante, aunque cada uno de ellos tiene su propia agenda bajo el brazo:
Emma Frost, la célebre White Queen de los comics de los Hombres X. Siendo la portavoz de una población mutante en vías de extinción, busca evitar a toda costa que el gobierno los acorrale en una reservación. Originalmente, Bendis iba a emplear al personaje de Magneto (el antagonista principal dentro de la franquicia de los X-Men), pero dado que éste iba a ser relegado a un segundo plano en las historias contadas en ese momento por Matt Fraction, era poco plausible tenerlo al frente de todo. De manera ingeniosa, Bendis coloca a Emma en una posición tanto vulnerable como moralmente ambigua, y Maleev acierta al mostrarnos su cargo de consciencia de maneras sutiles pero con impacto profundo.
Secret Invasion: Dark Reign—Una crisis sacude al Universo Marvel, y Norman Osborn y su grupo secreto pretende sacar provecho de esta incertidumbre.
En retrospectiva, desde que Grant Morrison utilizó a Emma Frost como miembro principal en el reparto en su exitosa saga de NEWXMEN, poco a poco empezó a tener más prominencia como co-líder de los mutantes en el mundo de Marvel junto a su interés romántico Scott Summers. Sus escapadas frecuentes hacia el lado oscuro no solamente eran adecuadas para una villana en busca de la redención, sino que añadían por vez primera—a pesar de esfuerzos honestos en comics como Generation X en los noventa—una gran profundidad y aprecio hacia un personaje que en el papel era frívolo, superficial y de atractivo meramente visual como una exuberante femme fatale.
Otro de los miembros de este cabildo fue Namor, el otrora monarca de la Atlántida. Es quizás junto con Punisher uno de los antihéroes más populares dentro del género de superhéroes, y su presencia realmente prometía bastante en este grupo secreto. Sin embargo, durante esta época de 2008-10 no es Bendis quien hace gran uso de él sino el propio Fraction en el comic de Uncanny X-Men, creando situaciones de drama y tensión sexual entre él, Emma y Scott, puesto que fue amante de White Queen cuando ella era una criminal. No es sino hasta el año 2012 que encuentra realmente un lustre bajo la pluma de Jonathan Hickman en el comic de New Avengers vol. 3, siendo presentado en sus páginas con gran porte y una actitud beligerante, inquisidora e impredecible, detonando con ello grandes momentos en dicha etapa.
Y si Namor forma parte de este grupo, alguien como Dr. Doom no puede estar apartado. Siendo aliados durante largos lapsos en la historia editorial de esta compañía, ambos saben lo que es tener el poder absoluto y perderlo de pronto, por lo que están convencidos de que al final este dominio de Norman Osborn es transitorio. A Doom le es prometido devolverle el mandato de su nación de Latveria, con el pretexto de que un inestable Tony Stark (y cuya tecnología fue sometida por los Skrulls) cometió un error táctico internacional al apresarlo.
Nuevamente Bendis hace uso de Parker Robbins, alias The Hood. El líder del Sindicato del Crimen en Norteamérica fue durante este lapso el villano más recurrente y que enfrentó a casi todos los superhéroes de la Marvel. Osborn le ha ofrecido a él y a su gente asilo como parte de la Iniciativa de los 50 Estados, aparentando el haberse reformado con el fin de continuar con sus actividades ilícitas bajo las sombras.
Y finalmente tenemos a Loki, el Dios de la Malicia en el panteón mitológico de Asgard, quien de manera sorpresiva aparece ante todos como una mujer. En los comics de Thor publicados durante ese período y escritos por el afamado y polémico Joseph Michael Straczynski, tenemos de vuelta a todos estos dioses nórdicos e incluyendo al propio Thor, pero ahora viviendo junto a los humanos en Broxton, una comunidad rural ubicada en el estado norteamericano de Oklahoma. Loki—cuya nueva apariencia femenina se debe a que su esencia ha ocupado el cuerpo de Sif, la implacable guerrera y amor platónico de Thor—detesta este nuevo status quo, y eventualmente seremos testigos de sus complicados juegos macabros para devolver a Asgard a su sitio como un paraíso lejos del mundo, con él al mando de todo.
Osborn les puede dar esto y más con la condición de que no se metan en sus asuntos, algo que obviamente fue haciéndose más frecuente a medida que Dark Reign maduraba como arco argumental y a lo largo de todos los comics involucrados en este evento. Con el pasar de las páginas, el estilo insignia de Bendis se hace notar, con diálogos amplios que hipnotizan a su público, creando una atmósfera electrizante alrededor de estos personajes de gran poder y armas tomar. Maleev se concentra sobremanera en emotivos close-ups que entregan de manera enérgica estos interesantísimos intercambios, bajo colores enmudecidos que incrementan el sigilo bajo el cual se presenta esta reunión.
El salto de calidad se suscita en dos momentos cumbre en este comic. Primero, Bendis deja en el aire un misterio que no sería esclarecido sino hasta la culminación de Dark Reign: como una prueba de que él tiene el control, Osborn les presenta a sus invitados a un amigo, y cuya figura se esconde entre las sombras. El sólo hecho de verlo provoca entre los presentes un claro estado de alerta, calmando los ánimos y dejando en claro que al día de hoy ellos dejarán que Norman se salga con la suya. Él tendrá oídos sordos y boca cerrada ante cualquier maldad que hagan, siempre y cuando le den el crédito en público de que los ha apaciguado.
El segundo ocurre en el tramo final de este tomo: complacido, Osborn empieza a planear la siguiente etapa de su reinado, decomisando y haciendo mudanza en el antiguo cuartel de los Thunderbolts en el estado de Colorado. Siendo increpado a solas por el Tbolt de nombre Andreas Strucker (alias Swordsman) éste le reclama promesas no cumplidas. Acto seguido, Osborn pierde sus cabales y lo mata a sangre fría, mostrando un evidente desequilibrio mental y el cual se había hecho evidente en los comics escritos por Warren Ellis entre 2006 y 2007. Norman parece tener un breve momento de claridad, dándose cuenta de lo que acaba de hacer, “Oh no…”
(Paréntesis: Odié esa muerte a más no poder. Un gran personaje de los Thunderbolts con un potencial desperdiciado. Este fue uno de los tantos desaciertos que terminaron alienando a toda la audiencia cautiva de este comic. Sigh.)
Siendo una proverbial bomba de tiempo, se le hace ver al lector que el estallido y colapso nervioso del Duende Verde está más cerca de lo que parece.
A pesar de ello, Secret Invasion: Dark Reign es una obra magnífica y uno de los comics definitivos dentro de la Era Bendis en los Vengadores, y que enfatiza nuevamente que los aires de cambio y riesgo en las narrativas publicadas por Marvel aún persisten, siendo ahora una fórmula de gran éxito comercial.
“Quizás pienses que el reloj se ha puesto en marcha y no pasará mucho tiempo para que Norman pierda los estribos. Sin embargo y ahora mismo, puedes ver absolutamente cómo todo el mundo lo sigue bajo una nube de miedo y ansiedad. Uno espera que una idea como esta inspire a otros a contar grandes historias, y en verdad Dark Reign ha inspirado a cosas grandes de la imaginación de grandes autores. Y la respuesta del público ha sido maravillosa.”
— Bendis.
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CRONOLOGÍA
La historia de publicación de Dark Reign comprende desde diciembre del año 2008 hasta marzo del 2010. Durante ese período, una cantidad considerable de miniseries aparecieron bajo el banner de “DARK REIGN”, contando con apariciones especiales de Norman Osborn, miembros de los Dark Avengers y el grupo de conspiradores.
En aspectos publicitarios, el logo estilizado de “DARK REIGN” apareció durante varios meses sobre las portadas de los títulos de tiraje mensual involucrados en este evento, dándoles a todos una uniformidad temática. Además, arte promocional fue elaborado con el sugerente slogan “He lost. THEY won. Accept change. Dark Reign has begun” (recuadros):
A manera de ofrecer una mirada completa a este importante arco argumental, presentamos una crónica comprensiva que detalla esta notable influencia y acciones extremas que el grupo comandado por Norman Osborn emprendió sobre Norteamérica y su comunidad superhumana. Enjoy.
DARKREIGN.pdf (1.17 MB)
Una vez hecho esto, vamos a comentar ahora sobre la narrativa que Bendis confeccionó alrededor de Dark Reign en los comics de su autoría, en donde los Vengadores caen presa de un juego del gato y el ratón de repercusiones mortales.
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UNA ALIANZA INCÓMODA
Una de las técnicas empleadas durante la segunda mitad de New Avengers fue presentar a los personajes a través de atinados captions. Y digo, ¿hay alguna otra manera de hacerlo en la narrativa secuencial del siglo XXI? No lo creo. Paulatinamente las herramientas usadas hace dos o tres décadas fueron cayendo en desuso, bajo la máxima de un “show, don´t tell” que reemplazaba a los diálogos expositorios que una y otra vez describían las habilidades de tal o cual personaje, ignorando por completo que éste es, por sobre todas las cosas, un medio de comunicación gráfico.
New Avengers #48—De nueva cuenta los Vengadores son fugitivos del gobierno, pero deberán tomar decisiones difíciles si desean ver de vuelta a uno de los suyos.
Dark Reign inicia con una inteligente presentación de quienes serán los protagonistas principales, siendo la frase “The Avengers” la que cierra el trato. Ya no hay más dudas de que estos personajes completamente dispares y más cerca de la aventura urbana y el bajo perfil son los herederos auténticos de la leyenda de este vetusto súper equipo.
— Ronin: I am beyond tired.
— Wolverine: Try a beer.
— Ronin: My body’s a temple.
— Wolverine: Put beer in your temple.
Bendis aprovecha un cabo suelto de Secret Invasion—la desaparición de la hija de Luke Cage y Jessica Jones— para mantener un ritmo acelerado sobre su gran obra y retener la atención de sus lectores, siendo el tomo #48 una oportunidad muy buena para mantener la cohesión de su reparto y el sentido de urgencia que ha hecho hincapié desde que tomó las riendas de esta franquicia.
El autor estresa desde el primer instante la idea de que el mundo se ha sumergido en un ambiente turbio, en donde intereses malsanos sacarán provecho de ello. Cage entabla una unión con Norman Osborn como un último recurso para hallar a su bebé, poniendo de manifiesto esta atractiva idea de héroes puestos contra las cuerdas. Pero el guionista sorprende a las primeras de cambio dejando claro que, de ahora en adelante, los Avengers tendrán que jugar sucio si desean perseverar y desenmascarar a su rival. Ahora más que nunca es acertada esta selección de personajes para una época marcada por lobos en piel de oveja. Los Avengers más rudos, extremos y mortales salen al quite:
— Osborn: So, you´re a liar.
— Cage: And you’re a MURDERER, and that’s why I could never JOIN whatever @#$% you’re selling here. And y’all… murderers and thieves. But you saved my kid. You did me right. So that’s why I ain´t takin´ your head off.
Lo dicho, la historia cobra un momentum, y más cuando de buenas a primeras se introduce a los lectores al grupo de Vengadores creados por Norman: villanos como Bullseye, Moonstone, Daken y Venom son ahora Hawkeye, Ms. Marvel, Wolverine y Spider-Man, respectivamente, en un intento deliberado por capturar aquella magia propia de los Thunderbolts escritos en los noventas por el veterano Kurt Busiek, malhechores haciéndose pasar por héroes.
— Iron Fist: Who’s the Wolverine they got?
— Cage: Anyone you know?
— Wolverine: It’s my kid.
— Ms. Marvel: You have a–?
— Wolverine: …
— Spider-Man: You’d have sex?
LOL. A medida que transcurre este relato, estos berrinches se vuelven completamente fascinantes, en donde Bendis hace gala de su gran dominio del diálogo conversacional, que se mueve entre momentos chuscos, serios e histéricos, que van informando al lector poco a poco de la tónica impuesta para un evento como Dark Reign y el precio que tienen que pagar nuestros personajes consentidos.
New Avengers #49—Luke Cage ha hecho un pacto con Norman Osborn, pero al parecer tiene un as bajo la manga. Un evento inesperado pone de cabeza el mundo de Clint Barton y los Vengadores.
Esta introducción a la temática clave y a sus protagonistas cierra su primer capítulo en un tomo de aniversario: New Avengers #50 nos trae a varios artistas quienes acompañan a Bendis en la confección de una nueva batalla entre las huestes de The Hood y los Vengadores. Parker Robbins está al servicio de Osborn, y aprovecha dicha oportunidad para desquitarse de sus enemigos mortales. El escritor permite que dibujantes insignia se den gusto ilustrando a los personajes con los cuales el público los han identificado en algún punto de sus carreras: David Aja con Iron Fist, Michael Gaydos con Luke Cage, David López con Hawkeye & Mockingbird, Alex Maleev con Spider-Woman, Steve McNiven con Spider-Man, Leinil Francis Yu con Wolverine, Steve Epting con Captain America/Bucky y Greg Horn con Ms. Marvel.
Redondeando este festín se encuentra el que será el artista regular dentro de este primer ciclo de historias, el malayo Billy Tan, cuyo estilo es más que idóneo para estos relatos llenos de subterfugio y ultra violencia, pero con un buen balance para cargar con el peso de una multicolorida pirotecnia que siempre demandan los comics de superhéroes. Para su beneficio, Matt “Batt” Banning satura con pesadas tintas sus composiciones, reforzando esta intención de llevar a los lectores por rincones oscuros e incómodos, siendo todos estos desplantes de acción estilizada matizados vívidamente por Justin Ponsor.
Pero lo que probablemente es la jugada maestra por parte de Bendis es hacer de alguien como Clint Barton la voz que representa a este sentido de reclamo iracundo ante una situación tan pesimista que se posa sobre Marvel Comics. Históricamente, Clint siempre ha sido el más obstinado de todos los Vengadores, siempre con algo que decir. Un hombre de acción que se lleva las mejores líneas y que protagoniza los momentos cumbre en donde aparece. Suyo es el discurso contrario a la demagogia de un Osborn sediento de poder, y que intentará por todos los medios el quitarle la venda a un pueblo seducido por las palabras de un charlatán.
New Avengers #50—La formación de los Dark Avengers toma por sorpresa a los originales, por lo que deciden tomar cartas en el asunto.
Acudiendo a un noticiero en televisión nacional, Ronin hace lo impensado y le declara la guerra a su enemigo. Estábamos enganchados. No se puede pedir más:
“I’m an Avenger, and my team of Avengers is going to be out there every day. Fighting for YOU. Fighting against THIS. Fighting for what’s right. I’m here to say: you don’t have to sit there and take this. Don’t let the bad guys win. You FIGHT. You fight for your freedom. I’ll be right there fighting alongside you. I promise that. That’s it. I’m done.”
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LA BÚSQUEDA DEL HECHICERO SUPREMO
Iron Fist: Where IS Doctor Strange?
Cage: Walking the Earth, like Caine in KUNG FU.
Abrimos una segunda página de la manera más contundente cuando Simon Williams, el ex-Avenger de nombre Wonder Man, saca de su ronco pecho las siguientes palabras:
“Being an Avenger was a complete waste of my time. And it’s my fault… I kept getting myself sucked into it. But no. No. No more.”
Siendo uno de los personajes menos usados por Bendis, de pronto se arremete con una sentida auto desintegración que tomaría un rumbo muy interesante. Estas atrevidas revelaciones no causaron tanto revuelo en su momento, al menos no al nivel de cosas como “No More Mutants”, “Avengers Disassembled”, la muerte de Hawkeye y el Internet “partiéndose a la mitad”. No, en este caso el autor propuso una inteligente—aunque tibia, la verdad sea dicha—deconstrucción de los Avengers como un ejemplo del eterno “segundo acto” que atraviesan los comics de superhéroes en el ámbito comercial, en donde su evolución es aparente, siendo puestos una y otra vez en las mismas narrativas, y cuyas variantes solamente son modernizaciones para llegar a públicos cautivos generación tras generación. Sin embargo, es importante decir que Dark Reign no fue el escenario sobre el cual Bendis exploró esta idea, siendo sino hasta el año 2011 y 2012 en donde se publican las consecuencias de este arrebato.
Acto seguido, nos transportamos a lo que es el punto final a la historia detrás de Parker Robbins, su benefactor Dormammu y el destino final de Doctor Strange, quien abandonó a los Avengers unos cuantos tomos atrás. Uno a uno los candidatos a suceder al Hechicero Supremo aparecen, solo para ser emboscados por The Hood, quien cumple la agenda de su nuevo amo.
New Avengers #51—Las fuerzas oscuras que controlan a The Hood desean para ellas el poder de Dr. Strange. Mientras tanto, Spider-Man pasa tiempo de calidad con sus compañeros Vengadores.
Este segmento es ilustrado en parte por el canadiense Chris Bachalo, un veterano de la industria cuya carrera es muy peculiar. Activo desde 1990, en sus inicios mostró un estilo muy pulcro, de líneas finas y de meticuloso detalle en la composición de escenarios, siendo títulos como Death y Generation X en donde quizás se le vio su nivel más alto en cuanto a claridad narrativa, con gran apego a la proporción anatómica y a la expresión facial y corporal de gran naturalismo. Pero fue entre 1999 y 2000 donde se dio el punto de inflexión más importante de su trayectoria con Steampunk, una obra inconclusa que vio una transformación radical en su repertorio, desechando el realismo por lo bizarro y la ultra saturación de sus backgrounds, dejando claro que esto no se trataba de una experimentación pasajera sino de una metamorfosis, siendo cada una de sus páginas un lienzo amplio y repleto de elementos dignos de un escrutinio prolongado, retando al lector a la exploración y (finalmente) a la aceptación de una manera de ver a los comics distinta, creando de esta manera un idioma visual propio e inimitable.
Billy Tan participa también en este segundo arco argumental, una vez que el conflicto entre Hood y Strange llega a la puerta de los Vengadores, quienes viven ahora en incógnito en la casa del Capitán América, un lugar que es propicio para un Bendis cuya inclinación por las conversaciones prolongadas pero fructíferas nos llevan a rincones amenos, en los que se suscitan intercambios muy divertidos como el siguiente:
— Jessica: Peter Parker. Oh, my god! I knew you sounded familiar.
— Spider-Man: Do we know each other?
— Jessica: PETER, WE WENT TO HIGH SCHOOL TOGETHER!
— Spider-Man: We DID?
— Jessica: Hello? Jessica Jones? I was in science class with you.
— Spider-Man: You WERE?
— Jessica: Dude, I had the biggest crush on you.
— Cage: You DID?
— Spider-Man: You did?
— Jessica: My family got in a car accident… I was in a coma…
— Spider-Man: OH! COMA GIRL! Oh my god. How’ve you been?
— Jessica: COMA girl?! REALLY?
— Spider-Man: I didn´t know your real name… you were just… “Coma girl.”
— Jessica: Did everyone in high school call me COMA GIRL?
— Spider-Man: Well, I’m sure not EVERYONE…
— Cage: You had a crush on… HIM?
— Jessica: It was a billion years ago, Luke. (Shush). Peter, seriously, you don´t even remember that I was TOTALLY IN LOVE WITH YOU.
— Cage: In LOVE?
¡Ja! Todavía no puedo creer que hubo fanboys que odiaban estas escenas. Yo podría pagar con gusto por leer a los Avengers hacer esto mes a mes. Comics enteros. 22 páginas repartiendo el pan y reírse de ellos mismos porque sí. Porque YOLO, sí señor.
Nuestros héroes estaban más vivos que nunca. Dejaban atrás el ansia existencialista propia de un Stan Lee y los dramas telenovelescos de un Chris Claremont para pasar al siguiente nivel: Bendis los hizo como nosotros, los hizo nuestros amigos. Estábamos en primera fila para oírlos, para ser parte de su día a día, de su menú, de su tertulia, de sus miedos, sueños y esperanzas, pero evitando usar un lenguaje trillado o autorreflexivo en todo momento y sin necesidad de ser meta textual, auto consciente o rompiendo la “cuarta pared” para hablarnos a nosotros. No había necesidad alguna. Solo tenía que encontrar un idioma que fuese honesto y directo con su audiencia, y vaya que lo logró.
New Avengers #52—The Hood emprende una cacería. Su presa: Dr. Strange, quien le pide ayuda a los Vengadores. La consigna es clara: Strange debe buscar a un sucesor.
Apoyándose en estas conversaciones, el autor avanza su plot a paso firme, reuniendo a los Avengers de nueva cuenta con Doctor Strange, y exponiendo al lector el viacrucis que experimenta Parker Robbins, víctima de la posesión demoniaca de Dormammu. Es aquí en donde Bendis introduce un romance en plenitud entre la villana Whitney Frost/Madame Masque y The Hood, el cual se extendería a lo largo de su etapa como escritor en este título.
El campo de batalla se desplaza a Nueva Orleans, en donde aparecen personajes tales como Daimon Hellstrom y Brother Voodoo, quienes están en la mira de Hood/Dormammu. La predilección del autor por personajes contracorriente y de culto se vuelve a manifestar, haciendo de New Avengers un comic en donde todo puede pasar. Es este constante sentido de novedad el que antagoniza con la vieja guardia, que mes a mes ve como su título predilecto se va poblando de personajes que, ante sus ojos, no merecen ser parte de un comic como el de los Vengadores. Bendis defendía a rajatabla el adjetivo “New” a más no poder, en un intento por inyectar sangre nueva a un comic detenido en el tiempo y que necesitaba una sacudida. En parte todo esto estaba justificado: si Avengers era el comic bestseller y el que tenía a los héroes más poderosos y de mayor arrastre, era obvio aprovechar este renacimiento para ampliar el spotlight sobre conceptos, personajes e ideas que necesitaban un empujón, una plataforma adecuada para encontrar vida nueva o una segunda oportunidad. Era el momento preciso, y más cuando la bonanza editorial era evidente para Marvel, la cual expandió su línea de comics de una manera descomunal. Si no era ahora, ¿cuándo?
New Avengers #53—La búsqueda del Nuevo Hechicero Supremo lleva a Strange y a los Vengadores hacia Nueva Orleans, donde The Hood los espera con ansias.
La historia, comprendida entre los tomos #51 al 54, se cuenta en su gran mayoría por una serie de splash pages en los instantes álgidos, y en secciones de múltiples viñetas para los momentos de plática y quietud. Se puede decir que el arte de Billy Tan es eficiente, pero que desafortunadamente no se compara con la pulcritud y fino acabado que lograra en los comics de Uncanny X-Men (entre 2006 a 2008), siendo New Avengers un trabajo más sucio (por no decir apresurado), con líneas menos definidas pero todavía con el tino suficiente para crear secuencias de acción sumamente atractivas a la vista y con gran fluidez, logrando un combate final realmente espectacular.
Dentro de las consecuencias de este relato tenemos a un nuevo Hechicero Supremo en la persona de Brother Voodoo, personaje que apareció por vez primera en el lejano 1973 y que ha tenido apariciones esporádicas en la llamada “Era de Bronce” de los comics. Es gracias a este arco argumental que Marvel se aventura en publicar una serie mensual teniéndolo a él como protagonista: “Doctor Voodoo: Avenger of the Supernatural”, bajo la pluma del talentoso guionista independiente Rick Remender y con arte del español Jefte Palo.
New Avengers #54—El benefactor de The Hood se revela, además de que se ha elegido al sucesor de Stephen Strange. Un viejo héroe encuentra un nuevo propósito y dirección en su vida.
Desafortunadamente, dicho comic nunca encontró una audiencia masiva, siendo cancelado con apenas 5 tomos publicados entre diciembre de 2009 y abril de 2010, sufriendo la misma historia reciente que los comics del propio Dr. Strange, muy lejos de su gran bonanza entre 1974 y 1996 en donde contó con varias series de amplio tiraje y longevidad. No obstante, Bendis lo rescata y lo vuelve parte esencial de una de sus historias dentro de New Avengers vol. 2, título publicado entre los años 2010 y 2012.
De nueva cuenta Clint Barton acude a los medios para hacerle ver a la gente la clase de calaña con la cual Norman Osborn se ha asociado, una vez que Parker Robbins ha sido exorcizado por Dr. Strange y compañía. Sin embargo, Bendis está muy lejos de soltar al que ha sido su villano recurrente en esta emocionante segunda mitad de New Avengers: convaleciente, este maleante recibe la inesperada visita del dios Loki, a quien el autor coloca como un peligroso comodín en este juego por el poder absoluto en el Universo Marvel:
“I was counting on you for the time of Norman Osborn’s fall. But now look at you… You’re no good to me now. Parker… would you like a second chance?”
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YMIR Y LA ESPADA CREPÚSCULO
A partir del año 2002, el Free Comic Book Day ha sido una agradable tradición donde se conglomeran esfuerzos honestos por atraer a lectores nuevos a este divertido hobby. Es en cada mes de mayo que las publicadoras ofrecen al público en general tanto reimpresiones como ediciones conmemorativas, a manera de introducción a narrativas a largo plazo en las editoriales mainstream, así como antologías o historias auto-contenidas por parte de los sellos de corte independiente.
En el caso de Marvel, estos comics se han vuelto con el paso del tiempo en ítems de colección, y coinciden en la mayoría de los casos con los crossovers del verano. Con motivo de promocionar de manera 100% accesible a un evento como Dark Reign, se publica un tomo especial de los Vengadores escrito por Brian Bendis y con arte secuencial del británico Jim Cheung, bajo una premisa relativamente sencilla de seguir por todo mundo: una aventura de fantasía medieval que protagonizan los dioses mitológicos Thor y Ares, en donde se ven inmiscuidos dos fuerzas antagónicas que polarizan a este mundo en llamas, los New Avengers y Dark Avengers.
Exponer la trama a los lectores de un comic es un arma de doble filo. Normalmente tenemos la página de “recap” en la primera página, que pone al corriente y de antemano al lector antes de que inicie su lectura, pero para aquellos que la omiten Bendis hace que sus personajes—a través de conversaciones ligeras, breves, con un lenguaje espontáneo y uno-a-uno— lo hagan, y en la mayoría de las ocasiones logra cumplir con este objetivo de buena manera. Esta modernización de los esquemas narrativos en el comic comercial fue algo que vino a descontinuar tanto a los captions, los globos de pensamiento y la narración omnisciente, e incluso los personajes ya no tienen que reiterar con palabras sus acciones expuestas sobre la página ilustrada. En este sentido, este escritor permite que las imágenes conduzcan a la historia, haciendo hincapié en su costumbre de analizar el trabajo previo de sus colaboradores con el fin de conjurar los escenarios que más se acoplan a su estilo y preferencias como artistas gráficos.
Pero este comic parece ser una antítesis de este estilo, quizás porque necesita convencer a una audiencia neófita (pero que no existe) de que vale la pena seguir a este título y a sus historias particulares. Spider-Man narra todo lo que sucede. Los Avengers establecen lo obvio. Se justifican tanto las motivaciones del villano en turno y a todo lo ocurre sólo porque sí, porque así es. Los personajes se vuelven esclavos del plot en detrimento del acostumbrado diálogo conversacional de Bendis que es siempre eficiente—lo que los fanboys denominan peyorativamente como “talking heads”—y del icónico y monumental esfuerzo en las ilustraciones de Cheung, que tiende a usar páneles grandes y perspectivas “en tu cara” que proyectan dinamismo y emotividad sobre la página.
Estos grupos de Avengers hacen una incómoda tregua a medida que son arrastrados a escenarios mitológicos, en donde enfrentan a un personaje clásico como el gigante de hielo Ymir (creado por el tándem de Stan Lee/Jack Kirby en la antología fantástica de Journey into Mystery en el lejano 1963), quien busca invadir al mundo de los humanos y apoderarse de la Espada Crepúsculo (un arma mística creada por el veterano autor Roy Thomas en 1978) pero cuya fuerza, valor o importancia solo se infiere, tornándose en un McGuffin completamente vacío. Cabe señalar que Bendis haría un mejor uso de estos personajes y de esta espada milenaria en el año 2010 con la compacta, cerebral y espectacular miniserie de Avengers Prime.
El cese al fuego se mantiene—aunque con alfileres— y la confrontación esperada entre Osborn y los Vengadores sigue manteniéndose como una promesa todavía lejos de cumplirse. En términos generales, un comic que apetece solamente a la base de fans ya establecida, y en donde no se hace énfasis alguno para volver interesantes y/o intrigantes a estos personajes para nuevos lectores. Una pena.
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LA EMBOSCADA
Pero el sinsabor del Free Comic Book Day se desvanece rápidamente cuando nos adentramos en uno de los relatos más divertidos y emocionantes dentro de New Avengers, lleno de giros inesperados y que demuestran con creces la cohesión a la que han llegado estos héroes que enfrentan al status quo con desparpajo, todo gracias a la gran expresividad del artista canadiense Stuart Immonen, quien toma las riendas como ilustrador en lo que resta de la narrativa. Su buen ojo para dotar a sus personajes de rasgos distintivos y manierismos los vuelve inmediatamente atractivos a la vista, larger than life y entrañables a más no poder.
New Avengers #55—El Sindicato del Crimen no está satisfecho con el desempeño de su líder, The Hood. Se han hecho planes al respecto, planes que afectan sobremanera a los New Avengers.
Bendis entiende que este artista está en otro nivel tras su fenomenal trabajo en Nextwave y le ofrece guiones que aumentan los decibeles y los índices de riesgo para sus protagonistas, quienes son puestos a prueba al ser encajonados por un Norman Osborn que se ve bajo presión al ser amenazado por el Sindicato del Crimen, quienes se rebelan a su gestión tras el errático liderazgo de Parker Robbins.
— Jonas Harrow: But I don´t mind having a get out of jail free card. And I don´t care who gives it to me. And I think most of you feel the same way. And it’s very appealing to me that Spider-Man and Iron Man and Captain America are so out of favor with the world. It’s VERY appealing. The world’s an easier place to maneuver in.
— Wrecker: So now YOU want to run things?
— Jonas Harrow: No. I’m a scientist. I have my work.
— Thunderball: So what are you BABBLING about?
— Jonas Harrow: I have something here that Norman Osborn wants and something Norman Osborn will pay dearly for. And we don´t need Parker Robbins to get his attention.
Immonen y su eterno entintador Wade von Grawbadger dejan claro que el estilo caricaturizado puede convivir con argumentos más al estilo del crimen y castigo, saturando a sus composiciones de pesados bloques en negro que son acordes a la naturaleza de un comic como New Avengers, que se mueve siempre en senderos sinuosos llenos de subterfugio y paranoia. Dave McCaig regresa al título y nos ofrece un inteligente filtro que enmudece al prisma multicolor que caracteriza al arte terminado de Immonen, haciendo que la suma de estos tres factores asegure el éxito para esta frenética historia.
New Avengers #56—Los supervillanos atacan, con una fuerza capaz de derrotar a los Vengadores. Pero Norman Osborn tomará cartas en el asunto, mientras que Loki tiene una agenda por cumplir.
Lo que sella el trato es la manera en la que el artista despliega los momentos cándidos en las conversaciones entre los Avengers, con posturas fluidas que enfatizan los contenidos emocionales que Bendis intenta plasmar sobre el guión.
Resalta sobremanera Spider-Man, quien increíblemente logra un balance muy adecuado como la voz de la razón en un mundo puesto patas arriba. El eterno pesimista pero con la voluntad suficiente para enaltecer el ideal heroico. Peter Parker ve cómo todos a su alrededor pierden los bártulos al no estar acostumbrados a las mismas situaciones de perder-perder con las que lidia todo el tiempo. Bendis e Immonen convierten a Spidey en la verdadera estrella en este grupo de historias:
— Ronin: Things are different now. Our usual ways aren´t working. We’re ten steps behind this guy.
— Spider-Man: I think—you know what? I think you’re CRACKING UP. This is really getting to you and you don´t know WHAT to do. You’re used to your old Avengers Mansion and your butler and Tony Stark paying for your spa days that now that you have to live LIKE THE REST OF US… Now that you have to feel what’s like to be, you know, ME every single day… you’re cracking up.
Fucking Awesome. Es gracias a este párrafo que Dark Reign se mantiene en pie, pareciese que todo este evento está contenido en este breve discurso de uno de los personajes más emblemáticos de la Marvel, haciendo que todo esto valga la pena.
New Avengers #57—Loki actúa. El Sindicato del Crimen consolida una alianza. Los Dark Avengers amenazan. Mientras que los New Avengers hacen un intento desesperado por salir bien librados.
El Sindicato del Crimen, habiendo roto vínculos con The Hood, se hace de una máquina inhibidora de poderes que usa en contra de los Avengers, todo con el fin de llamar la atención de Norman Osborn y recibir una tajada más grande del pastel. A lo largo de la primera mitad de la historia (tomos #55-57), la célebre Times Square se convierte en un campo de batalla en el cual se planta una emboscada de la cual estos héroes viven para contarla. Immonen nos entrega sus acostumbradas secuencias de acción estilizada sobre escenarios con gran detalle y en páneles amplios, aprovechando todo el espacio posible.
Mientras tanto, Loki conduce a The Hood al encuentro de las Piedras Nornas, objetos de la mitología nórdica que le otorgan nuevamente poderes sobrenaturales. Energizado, Parker Robbins vuelve a la carga.
New Avengers #58—Mientras The Hood busca una segunda oportunidad, Norman Osborn acorrala a los New Avengers. Luke Cage se ve en una encrucijada de la cual no saldrá ileso.
El Avenger más afectado por este ataque sorpresa es nada menos que Luke Cage, por lo que sus compañeros lo llevan con la favorita de todos Night Nurse. Ella se ve impedida de ayudarlo dado que su piel impenetrable impide cualquier tratamiento quirúrgico, por lo que él se entrega a los Dark Avengers para salvar a sus amigos. Impedido de matarlo por temor a una tormenta mediática, Osborn no ve más remedio que inhibir sus poderes para salvarle la vida.
Bendis se da el lujo de brindar momentos de quietud ante este maremágnum de emociones al por mayor, al mostrar a sus personajes del modo más vulnerable posible. No cabe duda que esta segunda mitad de New Avengers es la que tiene los mejores momentos para analizar a su reparto en su punto más bajo. Ayuda mucho el hecho de que el grupo ya está tan consolidado y en el gusto de la mayoría de los fans, dejando de lado aventuras más lineales y darse las pausas necesarias para meterse en sus mentes y brindar conversaciones que valen muchísimo la pena.
New Avengers #59—Es todo o nada para los héroes, quienes se adentran en la cueva del lobo para rescatar a uno de los suyos. Sin embargo, Norman Osborn parece tener todo bajo control.
Jessica Jones contacta a Misty Knight, Doctor Voodoo, Doctor Strange, Valkyrie, Hellcat, Iron Fist y The Thing en un intento por salvar a su esposo. Entre todos atacan en distintos frentes para forzar a Osborn a movilizar a Cage, dejarlo expuesto y ser rescatado. La estratagema resulta exitosa, pero no contaban con que una bomba miniaturizada fue puesta en su corazón. Con la ayuda del Dr. Hank Pym logran salvar a Cage, llevando la bomba nada menos que a la mansión de Osborn, haciéndola volar en mil pedazos.
Yeah. Lleno de volteretas, estos tomos se vuelven una auténtica maravilla, demostrando el dominio completo del autor sobre sus personajes, los ritmos y las pautas correctas para entregar momentos de variadas emociones.
New Avengers #60—Los Avengers se juegan su última carta, mientras las fuerzas de Osborn contraatacan. Para sorpresa de todos, The Hood tiene la última palabra.
Pero las cosas no terminan así. Este es New Avengers y lo que sucede dentro de sus páginas no son siempre en blanco y negro. Hay áreas grises. Hay sorpresas, decepciones y cliffhangers que crispan tus nervios. Desearías que las cosas fuesen como hace 20 años pero no, éste es el nuevo Marvel en donde todo puede pasar y en los comics de Avengers tienes un asiento en primera fila.
La guerra continúa. Osborn está al mando todavía. Y Parker Robbins reaparece para arrebatarle a Jonas Harrow la posición de privilegio como el mandamás de los supervillanos. Una bala mágica a la cabeza es suficiente para hacerles ver que fastidiar a Osborn es lo que menos hay que hacer, y más aún cuando ha acordado con él olvidar el pasado y darle vuelta a la página, ofreciéndoles un jugoso trato del cual se beneficiarán mutuamente. Así, se radicaliza la idea de la Iniciativa de los 50 Estados que vimos en las páginas de Civil War, dando lugar a un conglomerado de malhechores al servicio de su nuevo amo, dándoles una parcela de territorio norteamericano para que se den gusto quebrantando la ley a su antojo, pues de ahora en adelante ellos SON la ley:
“You’re my new storm troopers. My new black guard. You hunt them and you kill them. I don´t care how. You bring me their heads. And you’re off the hook with me. We’re square. All sins forgiven.”
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LA LISTA
En el comic comercial de la actualidad, es impensable el tener un evento de gran magnitud y no aprovechar cada rincón del calendario de publicación para inundar al mercado de series limitadas y pequeños ciclos narrativos que expandan aún más las posibilidades argumentales. Algunas de ellas son una bocanada de aire fresco y auténticas joyas, otras son garbanzos de a libra, y la mayoría—desafortunadamente—un mero desperdicio de papel.
Y Dark Reign no fue la excepción. Dentro de todos los comics que rondaron sobre su periferia hubo un concepto interesante aunque de resultados contrastantes, titulado “THE LIST”, una idea concebida por Brian Bendis y Matt Fraction mientras coescribían el crossover de nombre “Utopía”, una aventura de acción y agitación social en la que se enfrentaron los Hombres X y los Dark Avengers (comprendida entre los comics de Dark Avengers/Uncanny X-Men: Utopia, Uncanny X-Men #513-514, Dark Avengers #7-8, Dark X-Men: The Beginning #1-3, X-Men: Legacy #226-227, Dark Avengers/Uncanny X-Men: Exodus y Dark X-Men: The Confession).
Bendis describe a este pequeño segmento de su gran obra de la siguiente manera:
“Ahora que Norman Osborn está a cargo, ¿qué va a hacer? Simplemente no se va a aferrar al poder. Él va a sentarse y hacer una lista de lo que piensa que está mal con el Universo Marvel y proactivamente hacer algo al respecto. En mi opinión, Norman es similar a (villanos como) Magneto en el sentido de que su punto de vista no es tan cuestionable como lo son sus métodos.”
De esta manera, Marvel lanzó una campaña promocional muy interesante que decía “SEPTEMBER 2009: THE IRON PATRIOT ACTS” (recuadros), la cual nos ofrecía un paralelismo deliberado con hechos reales, en donde la entonces Administración Bush promulgó en 2001 una serie de controversiales prácticas de inteligencia, vigilancia e investigación para el monitoreo de individuos u organizaciones bajo sospecha de actividades terroristas o vinculados a grupos terroristas, y cuyas repercusiones siguen estando vigentes. Esta sugerente extrapolación nos habla de un Universo Marvel bajo el control de unos cuantos, capaces de usar vastos recursos para rastrear e impartir su versión de la justicia sobre quienes considere necesario.
Así, tenemos una serie de ediciones especiales—publicadas entre Septiembre de 2009 y Enero de 2010—que narran una cacería de brujas liderada por Osborn para deshacerse de aquellos que ponen en peligro a sus intereses:
AVENGERS, por Brian Michael Bendis y Marko Djurdjevic.
X-MEN, por Matt Fraction y Alan Davis.
DAREDEVIL, por Andy Diggle y Billy Tan.
SECRET WARRIORS, por Jonathan Hickman y Ed McGuiness.
HULK, por Greg Pak y Ben Oliver.
PUNISHER, por Rick Remender y John Romita, Jr.
WOLVERINE, por Jason Aaron y Esad Ribic.
SPIDER-MAN, por Dan Slott y Adam Kubert.
En el caso de los Avengers, se nos ofrece un tomo muy especial y de gran relevancia: el desplante de Clint Barton en Nueva Orleans no tuvo el efecto deseado, ya que Osborn usa a los medios a su antojo para mitigar cualquier golpe bajo. Esto se ha convertido en un circo alrededor de dos bandos enfrascados en una guerra sucia. Él ya no aguanta más, y decide ajustar cuentas por cuenta propia de una vez por todas. Es Ronin contra los Dark Avengers, en un duelo a muerte si es preciso. Cronológicamente, los pormenores de este comic se suscitan después de Dark Avengers/Uncanny X-Men: Exodus, New Avengers #60 y Dark Avengers #12.
Este tomo fue uno de los escasos comics en donde el alemán Marko Djurdjevic prestó su talento para ilustrar en interiores, desechando los matices de color que engalanan a sus espectaculares portadas por trazos con líneas gruesas y pesadas tintas, estableciendo con claridad el sigilo con el que esta historia se desenvuelve de principio a fin.
Si fuiste un lector de hueso colorado de la serie Thunderbolts, este comic te puede interesar, ya que ofrece un par de guiños que son bienvenidos. Uno de ellos es la aparición en un brevísimo panel de la heroína Songbird, engalanando una portada de la revista para caballeros MAXIM. El otro es que, por vez primera y en mucho tiempo, se reconoce que Clint Barton y Karla Sofen—alias Moonstone/Ms. Marvel—tuvieron un romance, y que a pesar de que fuese efímero fue uno de los hitos más importantes durante los años mozos de aquel comic de culto. Habiendo dicho esto, cabe mencionar que a lo largo de Dark Reign nunca se explicó qué le pasó al personaje de Maya López/Echo ni mucho menos cómo terminó su fugaz amorío con el propio Barton, siendo uno de los deslices más evidentes (e intencionales) por parte de Bendis durante este ciclo.
La lectura es sumamente rápida ya que de forma eficiente se deja que el arte impreso defina la intención narrativa, que es plasmar los arrebatos de ira y desesperación de Clint Barton a medida que recurre a la violencia cuando se nubla la razón. Su infiltración en el cuartel de Osborn es precisa y las contiendas que se desenvuelven en ella cuando es descubierto son puntuales y contundentes. Obviamente, hacer esto fue una decisión costosa, y de nueva cuenta su impulsiva personalidad le ha cobrado factura. Siendo apresado por los villanos, su futuro es incierto.
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EL RESCATE
El desenlace de esta historia se suscita tres meses después. Es en diciembre de 2009 cuando se publica el comic de New Avengers Annual #3, el cual nos relata los esfuerzos de los Vengadores por salvar a su amigo. Esta edición se ve favorecida por el trabajo de su dibujante, el afamado Mike Mayhew, quien había colaborado brevemente con Bendis en Avengers: Finale (2005) e ilustrando las portadas para la serie The Pulse (2004-2006). Su estilo es 100% fotorrealista, aficionado a la técnica de la acuarela y acompañado siempre por tonos claros/pastel que nos transportan de inmediato a un período clásico. Su participación en este tomo da cerrojazo al primer cúmulo de historias dentro de Dark Reign, y contribuye de forma esencial para mover las piezas al siguiente nivel:
“Creo que lo que Brian ha hecho con la franquicia de los Vengadores es simplemente increíble. De niño siempre fui más fan de los X-Men que de Avengers, pero Brian ha hecho de ellos algo mucho más complejo y los personajes que ha traído consigo dejan ver las cosas de manera más dinámica.”
—Mike Mayhew.
Osborn recurre al telépata Mentallo (un villano de poca monta creado en la década de los sesenta) para extraer de la mente de su prisionero la ubicación de los demás Avengers, sin saber que ellos ya planean ir a su encuentro.
La gran sorpresa es que los elegidos para dicha misión son quienes menos esperas: Mockingbird, Spider-Woman, Ms. Marvel y Jessica Jones, quien vuelve a la acción y a su traje de spandex después de muchos años. Mayhew provee de notable presencia a estas heroínas, dejando en claro su buen ojo para dotar de gran belleza a la figura femenina, algo que lo pone a la par de ilustradores de gran calibre como Milo Manara, Joseph Michael Linsner, Frank Cho, J. Scott Campbell, Adam Hugues y Michael Turner, por nombrar algunos. En entrevistas a los medios, el artista revela un poco su proceso detrás de este tomo:
“Peter Parker es atractivo pero peculiar, y no es para nada un modelo de catálogo como lo sería un Steve Rogers. Así es como yo veo a Jessica Jones. Es bonita, pero con los pies en la tierra. Para un personaje como Spider-Woman busco un look ideal, como una modelo súper-sexy de Victoria’s Secret, pero en el caso de Jessica tiene que mirarse mucho más compleja.
Mockingbird es súper sensual y letal, como Uma Thurman en ‘Kill Bill’. Una combinación que es difícil de plasmar. Hay que medir un poco el tono para reproducirlo de la manera correcta.”
De hecho, en los trazos correspondientes a Ms. Marvel, vemos que Mayhew persigue brevemente los rasgos faciales de la cantante Kylie Minogue, pero sin abusar de ello y evitando en todo momento que el lector se salga por completo de la historia.
Haciéndolo revivir los momentos más dolorosos de su vida (y traídos a la página con gran viveza y espectacularidad por parte de Mayhew), Mentallo logra dar con el cuartel de los Avengers. Rápidamente los Dark Avengers acuden para destrozar el lugar, sólo para darse cuenta de que no hay nadie. Acto seguido, las chicas aparecen en la base de Osborn para sacudirla y liberar a Ronin/Hawkeye. La decepción de Norman es colosal.
New Avengers Annual #3—Toca turno a las damas que conforman a los New Avengers tomar cartas en el asunto. Es ‘ladies night’ en el Reino Oscuro de Norman Osborn.
Siendo reunidos en una nueva ubicación secreta, los Avengers escuchan y aceptan las disculpas de Barton, quien reconoce haber juzgado mal las palabras que Spider-Man le dijo tiempo atrás de tomar la justicia por su propia mano. En este sentido, Bendis quizás no ahondó mucho ni mucho menos colocó a sus personajes en situaciones tan extremas que comprometieran su moralidad de manera irreversible. Quizás el hecho de tener a dos bandos claramente definidos nos arrastraron irremediablemente a escenarios más cercanos al estilo estándar del bien contra el mal dentro del género de superhéroes, una vez que las conspiraciones y agendas secretas han quedo al descubierto. En lo que sí funcionan estos guiones fueron el haber ampliado los grados de nerviosismo e histeria entre los protagonistas al verse contra la pared en todo momento, intercalándolos con grandes set pieces llenos de explosiones y coreografías de acción.
Antes de que puedan ponderar sobre su futuro, reciben a su puerta una visita inesperada: se trata nada menos que de STEVE ROGERS, quien ha vuelto a la vida tras los eventos de la miniserie titulada “Captain America: Reborn”, un relato de alto octanaje escrito por el autor Ed Brubaker. En un atinado close-up, Steve mira de frente hacia nosotros, invitándonos a ser testigos de lo que se avecina:
“Well, I´m not thrilled… But for now I’m just happy you’re all okay. You’re right, Hawkeye, the world HAS gone to hell. But thank god the Avengers are here to do something about it. And we are. You ready?”
Por supuesto. Pero antes, hacemos una pausa…