San Diego Comic-Con 2017

Recuerdos selectos de una vorágine social incomparable y memorable.

San Diego Comic-Con International 2017
San Diego Convention Center
Julio 19–23

“San Diego Comic-Con is a feeding frenzy for other media, while the comics themselves are almost ghettoized.”
— David Hine.

Más lapidaria no puede ser esta cita del siempre estimado David Hine—uno de los autores de comics más capaces de los que he tenido la fortuna de leer. Y es que la siempre prestigiosa Comic-Con ha sobrevivido adaptándose a los trends que se dan paulatinamente sobre la cultura pop, en donde los comics han dejado de ser, por mucho, el principal atractivo dentro de este magno evento.

Una “Comic-Con” sin Comics

Esto coincide sobremanera con el advenimiento de otros contenidos multimedia, que se han apoderado de las preferencias del público: el amplio mercado acaparado por el Anime y el Manga; el meteórico ascenso de la cadena de TV de paga AMC con series tales como Mad Men (2007), Breaking Bad (2008) y The Walking Dead (2010); las películas de Marvel Studios (desde 2008 con Iron Man) y el hito cultural de Game of Thrones (entre 2011 a 2019). Si sumamos a esto la explosión de los servicios On-Demand con HBO desde 2010 y Netflix a partir de 2012, la configuración de la Comic-Con se ha moldeado acorde a ello, ofreciendo a los asistentes exposiciones, páneles en vivo con productores, guionistas y actores, además de publicar material exclusivo para la prensa especializada. El boom de los superhero films puso a los grandes estudios cinematográficos en alerta, convirtiendo a la Comic-Con en el escaparate número uno para sus producciones en géneros como la Acción, la Ciencia Ficción, el Horror y las cintas animadas para todas las edades.

No hay un año en donde no se presenten espectáculos y promociones de amplio calibre dentro del San Diego Convention Center, siendo el gigantesco “Hall H” el recinto por excelencia, en donde se destina un día completo para ello y cuyo acceso requiere de una larga fila de espera que puede durar todo el día y toda la noche anterior si es preciso.

La periferia del Centro de Convenciones no se queda atrás, siendo ocupada al 100% por casas productoras, editoriales y desarrolladoras de videojuegos. Esto se convierte para el visitante en una experiencia envolvente, viéndose saturado de marcas, productos, comercio irregular, exhibidores y pendones alrededor del “Gaslight District”, el casco viejo de San Diego cuyo nightlife es ampliamente recomendable.

A título personal, fue en 2008 cuando los comics dieron un paso al costado, siendo el pánel de Secret Invasion el último gran evento que generó más expectación entre el fandom. Previo a este gran crossover la Comic-Con siempre tuvo al Noveno Arte en lo más alto, y más cuando tenía como competencia directa a la Wizard World en Chicago. En mi opinión la ausencia de series mainstream de gran peso han dado al traste con la difusión del comic. No existe una marca que al día de hoy tenga el arrastre suficiente para sostener a los comics, ni siquiera Image que ha tenido un crecimiento colosal en la última década.

Sin embargo, el aprecio hacia los comics y su importancia como hilo conductor en la Comic-Con sigue vivo a través de sus asistentes, que año con año siguen copando los stands ya sea de tiendas especializadas o de las editoriales en el ámbito comercial e independiente, y que gracias a su poder adquisitivo, llamativo cosplay y entusiasmo por sus personajes favoritos han mantenido vivo a ese interés por la historieta, manteniéndose a flote a pesar del avasallante y continuo spotlight que se le da al entretenimiento alternativo por Internet, cine, televisión, además de los juguetes y la parafernalia para el coleccionista empedernido.

2017

Siendo un enamorado de los comics, el llegar a la SDCC 2017 y verlos a un costado fue duro, pero me desquité pasando un LARGO tiempo entre las longboxes llenas de backissues en la sección destinada a las tiendas. Esta Comic-Con coincidió con un shopping spree donde me dediqué a reunir a un largo checklist de comics entre 1997 al 2004, a mi parecer una de las épocas de mayor calidad para el comic comercial, en donde coincidió un output muy nutrido tanto de series independientes y mainstream que marcaron una época, y que al día de hoy siguen siendo reconocidas como las sagas que salvaron a los comics de un oscurantismo terrible. Encontrar tomos atrasados a buen precio, buen estado y completando huecos importantes en mi colección hicieron de este viaje una experiencia satisfactoria. Se puede decir que fue el highlight de esta que fue mi primera Comic-Con.

La saturación de stands con un sinnúmero de temas, marcas y contenidos me dejó más que impresionado, sobre todo el dedicado a la obra pictórica del afamado Alex Ross, repleta de litografías, prints y arte original a la venta a precios exorbitantes. El hecho de que el evento está situado en el verano obliga a estar lo más cómodo posible, aunque es casi imposible recorrer todo el Convention Center dada la gran masa social que se desplaza por todo su perímetro. Afuera de los salones de exhibición es donde se puede apreciar en todo su esplendor el cosplaying de los fans.

Los booths de Marvel y DC no impresionan mucho, pero vale la pena darle un recorrido a los Licenciatarios que se dedican a crear estatuas, juguetes y figuras de acción de sus personajes. Pedestales al por mayor plagados de imágenes en todas las medidas y escalas posibles de tus personajes favoritos, incluyendo a los más oscuros de su inmenso catálogo. Y ni se diga de todas aquellas marcas dentro de la Fantasía Medieval, los Juegos de Video y las franquicias multimedia más importantes, siendo el Anime la que tiene la penetración y preferencia más globalizada.

La fila del Hall H es una auténtica odisea. Estuve haciendo guardia en 3 turnos distintos, con sus respectivos breaks, conviviendo con un amplio grupo de fans, todos en busca de la cotizada wristband que te permite entrar y salir de esta monumental sala—y la cual se entrega a altas horas de la noche. Ya dentro del Hall pude apreciar lo cómodamente equipada que está, con un sistema de aire acondicionado, video, audio y sonido de primerísima línea, servicio de snacks y amplios sanitarios. El gran movimiento de público hace que moverte de tu lugar sea imposible. El momento memorable a mi parecer fue el panel de Stranger Things de Netflix, repleto de momentos cándidos, invitados especiales, y un impresionante tráiler de su segunda temporada, el cual nos dejó realmente impresionados.

El panel de Warner tuvo como evento principal un Q&A con el reparto de Justice League, quienes aparecieron entre el público, abriéndose paso hacia el escenario.

El panel de Marvel Studios no se quedó atrás: Thor Ragnarok, Black Panther y la aparición sorpresa del tráiler de Avengers: Infinity War (dos veces) fue la apoteosis. Como obsequio para los asistentes nos regalaron posters conmemorativos—el de Thor lo tengo enmarcado, siendo mi favorito entre todos los publicados por Marvel en sus 10 años de producir superhero films.

Siendo una experiencia fuera de serie, la Comic-Con de San Diego es un evento ampliamente recomendable para todo fanático de la cultura pop, completamente inclusivo y con espacio para todos los gustos. Una vorágine social que es sumamente entretenida y de la que tienes que formar parte alguna vez en tu vida.

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