El superhéroe o el súperhumano es una idea poderosa y de orígenes antiquísimos: de historia oral a literatura escapista a noveno arte a ficción especulativa a fórmula cinematográfica a vertiente del entretenimiento alternativo a metáfora de la condición humana.
Todo un mecanismo y prisma narrativo, adaptable y sobreviviente, primario y sofisticado, que polariza y galvaniza a la vez. Mimetizado y memetizado por el zeitgeist.
Entretenimiento mortífero. Genocidio cultural. Colonizando la aceptación de las masas. La ficción de realismo social del futuro. U decide!
“I’ve said it before and I’ll say it again: Ours is a society that is entertaining itself to death. And we go deeper into the grave with every shovel of Marvel franchise and comedy reboot.”
— David Simon, autor, periodista y creador del siempre influyente show de televisión The Wire (2002-2008).
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“El problema es que a veces pretenden ser profundas, basadas en algún tipo de mitología griega. Y para ser sinceros, son bastante de derecha […] Siempre veo a los superhéroes como gente que mata a otra gente porque no cree en lo que dice creer, o porque no son aquello que quieren que sean. Lo odio y no respondo a ese tipo de personajes. Este genocidio cultural es como veneno, porque los espectadores padecen una sobreexposición de este tipo de tramas y explosiones y mierda que no habla para nada de lo que significa ser humano […] Si de verdad analizas estas películas, en realidad tratan sobre gente rica que tiene poder y que hace el bien y que mata al malo. No me gustan filosóficamente.”
— Alejandro González Iñárritu, realizador y ganador del Premio de la Academia por Birdman (2014) y The Revenant (2015).
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