“SECRET WARRIORS is a book about Hydra, Fury, the kids, the Howling Commandos and ‘other players’ not yet revealed. They are all integral to what’s going on. While there will be clearly defined arcs, this is all part of a larger story—they all move into and out of it at different times.”
— Jonathan Hickman.
A continuación presentamos un estudio in depth de SECRET WARRIORS, una serie de comics publicada por la editorial Marvel entre febrero de 2009 y julio de 2011, siendo una de las obras más importantes para su autor, Jonathan Hickman, dentro del mainstream.
Esta saga contó con excelentes dosis de suspenso, intriga conspiratoria y acción estilizada, y sobre la cual Hickman ejecutó con gran visión y audacia un plan maestro a largo plazo repleto de misterios, sorpresas, drama y emociones, ofreciendo además múltiples perspectivas y contrastando los puntos de vista de su amplio ensamble de personajes.
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SINOPSIS
Secret Warriors #1-6
“Nick Fury: Agent of Nothing”
Historia por Brian Michael Bendis y Jonathan Hickman
Guión por Jonathan Hickman
Arte por Stefano Caselli
Color por Daniele Rudoni
Portadas por Jim Cheung
Publicado por Marvel Comics entre febrero y julio de 2009
Tras extraer una base de datos, Nick Fury descubre que la ahora disuelta organización de S.H.I.E.L.D. siempre fue una agencia de inteligencia al servicio de sus enemigos acérrimos: el grupo terrorista conocido como HYDRA.
Reuniendo a su equipo clandestino de superhumanos conocido como “crisálidas” y al grupo paramilitar de los Howling Commandos, Fury decide armar un ejército para entablar una guerra.
Sin embargo, HYDRA, al mando del Barón Wolfang Von Strucker, también ha amazado a sus fuerzas: reactivando a sus peligrosos generales Kraken, Viper, The Hive, Gorgon y Madame Hydra. Estableciendo un reclutamiento agresivo de nuevos soldados y rescatando activos militares de bases clausuradas de S.H.I.E.L.D., Strucker se declara listo para combatir a Fury.
Ambas fuerzas chocan cuando desean apropiarse de unas aeronaves avanzadas de combate, resultando en la victoria de Fury y la retirada de HYDRA, con graves pérdidas humanas para ambos frentes.
Mientras tanto, Madame Hydra (quien en realidad es la ex-compañera y amante de Fury, Contessa Valentina Allegro de Fontaine) ha recuperado una misteriosa caja cuyo contenido es desconocido y que forma parte de una agenda en contra de HYDRA como del propio Nick.
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REVIEW
Los engranes de la gran maquinaria narrativa de Secret Warriors comienzan a moverse en “Nick Fury: Agent of Nothing”. A lo largo de estos 6 primeros tomos, la característica voz autoral de Brian Bendis está ausente, dando paso al estilo inteligente y preciso de Hickman para que destaque, ofreciendo un guión que le da el espacio suficiente a todo el reparto con el fin de mostrarnos esbozos pequeños, pero bien definidos, de sus personalidades y motivaciones dentro de la historia.
En entrevistas con los medios especializados de la época, ambos autores reconocieron este hecho, con Bendis declarando lo siguiente: “I’m basically giving Hickman all the ideas and nonsense in my head that I’ve built over the last few years and letting him take whatever he wants from it and run with it.” A su vez, Hickman complementó esta declaración de su colega, diciendo: “I’ve written pretty much every issue after issue #1, when Brian read it and said, “You know what, Jonathan? I’d rather read your story”, which was super cool of Brian and awesome of him to say. There really isn’t much of a difference. It’s interesting that people perceive it as different.”
Sin una estructura de mando confiable, Nick Fury emprende por su cuenta una arriesgada misión para deshacerse de una vez por todas de la organización terrorista conocida como HYDRA, con un largo historial en los comics de Marvel, remontándose a las propias aventuras de este protagonista y publicadas en la década de los 60s. Pero esta vez, ambos guionistas definen un rediseño para los enemigos de Fury, cuyo poder militar, económico y político se extiende hasta diversos niveles del aparato gubernamental americano y alrededor del mundo, incluyendo la sorpresiva noticia de que S.H.I.E.L.D. siempre ha sido una facción más de HYDRA.
A partir de ese momento, los lectores fueron puestos sobre advertencia de que los giros en la trama, las traiciones y el impacto emocional están a la orden del día, envueltos en una intrincada historia donde paulatinamente se añaden al reparto súper-espías y organizaciones de inteligencia quienes también guardan agendas secretas y objetivos oscuros.
“For me, Secret Warriors isn’t the title of the Nick Fury’s team; it’s the nature of everyone in the book. The good guys, the bad guys and everyone in between.” — Jonathan Hickman.
Es así como Secret Warriors se presenta como una serie de espionaje con diversas capas de contenido, incorporando detalles adicionales a la mitología del catálogo de Marvel Comics, bajo una narrativa que atrapa el interés a cada instante; cada revelación va creando reacciones entre los protagonistas, desatando una carga dramática y emotiva sumamente satisfactoria para su audiencia.
Hickman presentó de forma concisa el entusiasmo e inexperiencia de Daisy Johnson, líder de las crisálidas de Fury; pasando por el temperamento volátil, testarudo y audaz de Hellfire; la determinación y lealtad a la amistad de Stonewall; la inocencia de Slingshot; la compleja y enigmática sapiencia de Phobos; el pesimismo e indiferencia de Sebastian Druid y la ansiedad por el descubrimiento y apetito de nuevas experiencias de Eden Fesi.
También, se nos mostró a los misteriosos y mortales generales de HYDRA de forma magnífica: la convicción y visión de Kraken; la ambición de conquista de Gorgon; la honorable y desagrabable presencia de The Hive; la disciplina, sacrificio y obediencia al plan por parte de Viper; así como el aire de misterio y subterfugio que rodea a la agenda de Madame Hydra.
El primer arco reintrodujo a los compañeros de armas de Nick Fury y su estatus tras la disolución de S.H.I.E.L.D. y la creación de HAMMER: “Dum Dum” Dugan (quien el seguir a Fury le ayuda a recobrar el rumbo de su vida); Gabriel Jones (cuyo rechazo inicial hacia Fury pone en la mesa una interesante reflexión sobre los sacrificios de un soldado al cuestionar una fe ciega); Eric Koenig (que refleja el honor y lealtad a “la causa” por la que se pelea y se cree que es justa); y a Contessa Valentina Allegro de Fontaine (quien nos presenta cómo todos aquellos cercanos a Fury son usados por él, y las consecuencias que esto acarrea). Resalta sobremanera en el guión un genuino sentido tanto de camaradería como recriminación entre estos personajes con el protagonista.
En el caso del propio Nick y su némesis, Wolfang Von Strucker, se puso como trasfondo sus respectivas creencias e ideologías que han forjado a sus vidas; de cómo la llegada de los avances tecnológicos y el corporativismo han alterado tanto estos ideales como el ambiente que los rodea irremediablemente.
El primer tomo navegó sobre distintos instantes en el tiempo, dándole la oportunidad al autor de explorar el mundo que Fury ve hecho pedazos, mientras que en el segundo capítulo se introdujo a la nueva era de HYDRA. La tercera entrega le dedicó tiempo a cada uno de los soldados de Fury, así como regresar al escenario otros personajes clásicos. El tomo número 4 dejó claro el status quo de los Howling Commandos (ahora convertidos en un grupo paramilitar privado), y las últimas dos partes pusieron a estos tres frentes en el campo de batalla. Como un todo se presentó al público un balance más que adecuado y un crescendo completamente envolvente y emocionante.
Este primer arco se encontró rodeado de verdaderas atmósferas de intriga y sorpresa. Desde el primer capítulo, el autor reveló giros en la trama que atraparon la atención del espectador, donde la verdadera naturaleza entre HYDRA y S.H.I.E.L.D. es el motor que mueve a este relato.
En el aspecto artístico, Stefano Caselli y Daniele Rudoni nos mostraron ambientes repletos de importantes desplantes de acción pirotécnica. Los trazos de Caselli fueron muy limpios, y es aquí donde la intervención de Rudoni fue clave para delinear las atmósferas adecuadas.
Caselli hizo un esfuerzo consciente para darles una personalidad tanto atractiva como amenazante a cada personaje. Su lenguaje corporal y expresiones faciales fueron claras para denotar a sus estados de ánimo. Es interesante como Rudoni utilizó una selección cromática inteligente para cada situación: colores azules y grises enmudecidos representaron al mundo de Fury y sus muchachos; verdes y amarillos intensos para el belicoso HYDRA; y colores en tonos intermedios (rojo y sepia) para Dugan, Contessa y compañía.
Hickman contribuyó en el arte con 12 páginas en el tomo número uno, los cuales constituyeron un documento muy completo que dejó al descubierto su plan maestro para este comic: infografías, líneas de tiempo, dossiers, listas de personajes, mapas y bitácoras que desmenuzaron de manera fascinante todos sus objetivos a largo plazo.
Una parte sumamente importante fue la gran presencia otorgada por las portadas interconectadas de Jim Cheung, las cuales incluyeron a todos los protagonistas y elementos temáticos de una forma sobresaliente y atractiva para el lector. El propio Hickman hizo alarde de su versatilidad con un diseño uniforme para todas ellas, con una tipografía y numeración elegante (una mezcla inteligente entre las fuentes Gothic Narrow y Univers) que se mantendría durante toda la duración de la serie.
El autor concluyó el primer arco de Secret Warriors con una sorpresa interesante, al establecer que Contessa y Madame Hydra eran la misma persona, poniendo de manifiesto la naturaleza volátil de la serie, capaz de generar situaciones al por mayor que nos sacan de balance.
Este fue un inicio indudablemente promisorio, lleno de inusuales individuos con una identidad propia, con contradicciones y visiones del mundo en completa disonancia. Una narrativa que combina un lenguaje solemne, momentos de incertidumbre y un sentido de world building sobre el cual se edifican los cimientos para situar a Fury y a HYDRA en un curso de colisión inevitable.